jueves, 16 de agosto de 2007

Es más fácil ser Doctor, a veces, que ser Señor.


Hace varios días que no aparecía. Para sorpresa de todos y sobre todo de mi EXXX (le gustan las X) comenzé con mi nuevo trabajo hoy. Alcalá si que queda lejos. Lo guay es que me sentí bienvenida y también que parece tienen muchas expectativas en cuanto a mi desempeño. ¿Las cumpliré?
Hoy me llamaba una señora madura preguntando como es que NO ESTOY TAN MAL por lo del EXXX, ja! es que ya hace como tres años que estaba mal. Por ahí el desenlace me ha servido para reflexionar acerca de mi postura ante la vida, mi vida. Y después de todo... quién de los dos es felíz? vosotros que opináis? Venga, que ya se que no me conocéis; pero ya algo sí después de haberme leído.
Llegué a casa y se me encogió el corazón. Mi hija parecía un poco defraudada por que su mamá hubiera empezado a trabajar -aunque ya lo habíamos hablado- Desde que llegué se puso a gritar, interrumpiendo para captar mi atención. Ella sí que sabe hacerlo. Cuando tomé nota del asunto me sentí muy triste, claro no puedo pedirle a una personita de tres años que asimile todo lo que ha cambiado su vida por el egoísmo ajeno. Trato de animarla contándole que unos días comenzará el cole y cuando llegue a casa, al rato ya vendrá mamá.
No es fácil. ¿Quién dijo que lo sería?
FACIL: Rae 2. adj. Que puede suceder con mucha probabilidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Princess.
Es una pena que nadie haga comentarios a tus reflexiones, supongo que porque tu blog es reciente y poco conocido.
Yo creo que estás haciendo un gran trabajo al publicar todo esto y sacar a la superficie toda la porquería -amargura, frustración, rabia- que él te ha dejado casi inoculada en vena. De eso hay que librarse de alguna forma, y las mujeres en general tenemos más capacidad que ellos para soltar lastre, así que aprovéchala. Me siento muy identificada contigo porque hace una semana que me enteré -por casualidad, claro- de que él lleva casi un año compartiéndome con otra. Y por supuesto no pensaba decírmelo ni se había planteado lo que pasaría si me enterase, a pesar de que tenemos hijos. Ahora, obligado a enfrentarse a los hechos, qué siente? Fundamentalmente autocompasión.
No quiero ser injusta, pero los tíos en general nacen así? Con una lacra genética que sitúa sus cuadros de mando en la polla en vez de en la cabeza?
Qué pena, qué rabia, qué impotencia.